El autor dice que no come todos los días en los ágapes de cada estreno, a él le gustan las lentejas.
El autor dice que la iluminación de sus obras es muy bonita y evocadora, pero cada mes debe ir al banco a pagar la luz de su casa.
El autor dice que le gusta mucho ir a ver sus obras representadas, pero que en cada desplazamiento al teatro debe pagar transporte.
El autor dice que sus personajes viven entre conflictos difíciles y situaciones extrañas, muy parecidas a su situación financiera.
El autor dice que desde el escenario se ve el mundo de forma diferente, será porque no tiene dinero para graduarse la vista y cambiar de gafas.
El autor dice que el público y los críticos le abrazan y le dan palmas de aprobación en la espalda, luego él paga la factura de la lavandería.
El autor dice que se pasa días enteros y muchas horas escribiendo para crear algo bueno, y en su caso el tiempo también es dinero.
El autor dice que aprendió todo lo que sabe en la universidad o una escuela, para eso tuvo que pagar matrículas y cuotas muy caras.
El autor dice que ama el calor del público en cada aplauso, en casa debe abrir el grifo de agua caliente y gastar gas para sentir calorcito.
El autor dice que le gusta beber un traguito después de cada función, lo que ocurre es que en el bar del teatro ya no le fían más.
El autor dice que le gustaría comprar un ordenador táctil nuevo, a ver si hay suerte y este año gana un buen premio.
El autor dice que se cansa de esperar tanto para cobrar sus derechos de autor, desde la última vez que le pagaron planto un árbol y tuvo un hijo (el libro ya lo escribió hace tiempo).
El autor dice que está cansado de que le miren con cara de superioridad complaciente, ¿y saben por qué? Porque nadie trabaja gratis; excepto él, según creen muchos erróneamente.
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* Convención Universal sobre Derecho de Autor:
http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=35233&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
(Cada país tiene su legislación específica sobre el tema.)