Lo femenino y lo masculino se han mezclado desde siempre en el teatro. Analizando la terminología teatral encontramos que el género femenino tiene una importante presencia: la dramaturgia, la acción, la escena… en cambio, y curiosamente, el conflicto es nombre de género masculino. El objetivo de este texto es hacer un brevísimo repaso sobre la vinculación de la mujer en la historia del teatro; y de antemano sabemos que faltaran nombres, pedimos disculpas. Finalmente, acabaremos con una reseña alrededor de Colombia.
Venus de Willendorf, Savignano o Lespugue (entre otras). Muy atrás en el tiempo encontramos a las venus paleolíticas que, de alguna forma, explican la veneración hacia la figura femenina de una forma artística y casi dramática.
Chamanas. Podían aunar la figura sanadora y la espectacular en una sola persona para reconfortar los males de su clan o tribu, ¿el origen del teatro terapéutico?
Las joyas del Nilo. Está demostrada la existencia en Egipto de un prototeatro donde las mujeres mantenían una participación activa recitando, tocando instrumentos, danzando, o incluso asumiendo personajes.
Mujeres en los títulos. Antígona, Medea, Elektra, Hecuba, Lisistrata, Ifigenia en Aulide, Ifigenia entre los tauros, etc. En la Grecia clásica todas estas obras fueron escritas por hombres aunque la protagonista fuese una mujer. No sabemos con seguridad si había dramaturgas y tampoco si alguna de estas obras fue escrita por una mujer, pero firmada por un hombre.
Oráculo de Delfos. Ojo, era una mujer.
Teodora. Una famosa actriz romana del siglo IV, teniendo en cuenta que en esa época la labor de la actriz podía incluir otro tipo de tareas carnales… Se casó con el emperador Justiniano, por lo que llego a ser emperatriz. Lo destacable de Teodora es que lucho por los derechos de las mujeres en un momento de la historia poco favorable a ello.
Juglaresas. Sí, en la Edad Media también había mujeres cantando y brincando en las compañías itinerantes. Aunque fuesen tachadas de malditas, o brujas.
María Balteira. Famosa trovadora gallega (España), que junto a la condesa Beatriz de Día en la Provenza (Francia), en los siglos X y XI arrasaron cantando en los mejores salones de la época.
Roswitha de Gandersheim. En el siglo X fue abadesa en Sajonia (Alemania) y está considerada la primera dramaturga de la historia. Escribía obras cortas en tono irónico, en muchos casos ridiculizando a los hombres.
Lucrecia de Sienna. Primera actriz profesional (¿de la historia?) en una compañía de Commedia dell´Arte según documento fechado en 1564.
Vicenza Armani. Segunda actriz profesional documentada en 1566. Después de ella aparecen Vittoria Piisimi, Isabela Andreini y Barbara Flaminia, normalmente de clase alta y con cierta educación que hacían todo tipo de géneros. También fueron famosas empresarias y productoras teatrales.
Maria Tudor. Cuando se cansaba de ser reina de Inglaterra y salía de su papel de Bloody Mary (como la denominaban), le gustaba ponerse máscaras y actuar.
Madeleine Bejart y Marie Champmesle. Famosas actrices en la Comedie Francaise, posiblemente buenas amigas y rivales de Moliere.
La Calderona (María Inés Calderón). Actriz muy famosa en el Siglo de Oro Español que fue amante del Rey Felipe IV con el que tuvo un hijo que sería reconocido oficialmente: Juan de Austria. Como ella muchas mujeres fueron famosas actrices en los siglos XVI y XVII: Micaela Luján, Rita Luna, Maria Ladvenant, Maria del Rosario Fernández (alias la Tirana), entre muchas más.
Condesa de Pembroke. De la que se dijo podría ser autora de algunas obras atribuidas a Shakespeare. Junto a Anne Clifford y Anne Bacon fueron figuras importantes para educar y potenciar el gusto teatral en la corte de Isabel I.
Sor Marcela de San Félix. Dramaturga y poeta, hija de Lope de Vega y la actriz Micaela Luján. Además de ella, muchas más como Maria Zayas y Sotomayor, Maria Rosa Galvez y Ana Caro Mallén destacaron en la escritura entre los siglos XVI y XVII.
Sor Juana Inés de la Cruz. Mexicana, conocida como “La décima musa”, quizá la escritora más importante del siglo XVII. Considerada más dramaturga que poeta, ilumina un gran camino a las mujeres escritoras iberoamericanas.
Marguerite Georges. Famosísima actriz francesa del siglo XIX que fue amante de Napoleón y del Duque de Wellington, es posible que fuera algo más que actriz y se dedicase al espionaje. Además tuvo un hijo con el Zar Alejandro I de Rusia. Otra vez el ejemplo de Teodora y de La Calderona de fondo.
Sara Bernhardt. La primera actriz super estrella de la historia. Nació y debutó en Francia pero también triunfó en Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Cuba, Argentina, etc. Y no solo actuaba: dirigía, producía, escribía… Su vida estuvo cuajada de famosos amantes y grandes eventos artísticos. Sería difícil definir el teatro a principios del siglo XX sin contar con ella.
Margarita Xirgú. Actriz y productora española que estrenó la mayoría de las obras de Federico García Lorca. En 1933 fundó el Festival de Teatro Clásico de Mérida, que dura hasta nuestros días. Debido a la dictadura de Franco en España, se exilió a Sudamérica donde desarrollo gran parte de su carrera en Argentina y Uruguay.
Judi Dench. Actriz y escritora inglesa que sigue en activo y ha ganado innumerables premios. La incluimos porque nos parece la medida exacta para una actriz que salte entre el teatro, el cine y la televisión; además todo lo hace bien. Un dato que muchos no conocen: en 1968 estrenó la obra musical Cabaret en el papel de Sally Bowles, personaje principal.
Ya entrando en las últimas décadas de nuestra época, la lista sería interminable; aspecto que es muy significativo. Como dijimos al principio, posiblemente falten muchos nombres porque el espacio es limitado y seguro que tenemos mejores cosas que hacer. Sirva esta breve relación para describir el destacado papel de la mujer en la historia del teatro, aún sabiendo que en muchos casos su presencia fue silenciada o despreciada.
Al hablar de Colombia nos centraremos en la actualidad, aunque no es despreciable retomar algunos nombres del pasado que sirvan de colchón.
Destacan algunas dramaturgas del siglo XIX que fueron auténticas adelantadas a su tiempo como: Josefa Acevedo Gómez, Silveria Espinosa de Rendón, Waldina Dávila de Ponce de León. Ya entrando en el siglo XX Aparecen Soledad Acosta de Samper, Eva Ceferina Verbel, Inés Aminta Consuegra, Isabel Carrasquilla de Arango, la Hermana Laura Montoya, Alicia Merrichalde de Echevarría, y finalmente destaca Sofía Ospina de Navarro. Sobre ellas han hecho un magnífico trabajo los amigos de www.museartes.net, de donde hemos extraído estos nombres. No nos olvidamos de la Nena Jiménez, actriz de radio, cómica y cuentachistes muy popular en la segunda mitad del siglo XX. Y acabamos esta sección con Delia Zapata, bailarina y floclorista especializada en las costas Pacífica y Atlántica.
Más cerca en el tiempo, es necesario nombrar a dos mujeres que ya no están entre nosotros y son responsables de un gran salto de calidad del teatro colombiano: Fanny Mikey y Misi. Fanny Mikey, argentina de origen, fue la fundadora de la Fundación Teatro Nacional y del Festival de Teatro Iberoamericano. Misi, Maria Isabel Murillo, fue compositora y gran impulsora del teatro musical en Colombia. Junto a este grupo de mujeres que empujaron al teatro colombiano en diferentes espacios, cabe nombrar a Patricia Ariza: actriz, escritora, directora y actual gestora de la Corporación Colombiana de Teatro, Teatro La Candelaria. También, y desde otro ángulo, en el grupo de promotoras aparece la figura de Alejandra Borrero, actriz y directora que gestiona el conocido Teatro Casa E, en Bogotá.
Acabamos mirando al horizonte con buenas perspectivas al pensar en la mujer y el teatro colombiano. Si tenemos en cuenta que en la mayoría de las escuelas y universidades de arte dramático el porcentaje de alumnas supera por mucho al de alumnos, a veces con relaciones del 70% al 30%, sólo podemos pensar que el futuro es suyo.
Gracias por leerme.
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