La segunda guerra mundial cambió el paradigma artístico y vital para siempre. En un mundo destruido poco se podía soñar y muy poca esperanza se podía transmitir desde la creación. Nació una generación de dramaturgos llamada por Martin Esslin "teatro del absurdo", muy influenciados por movimientos filosóficos de corte existencialista liderados por Sartre o Heidegger, y que encontraba algunas raices en las vanguardias de principio de siglo junto a trabajos de Antonin Artaud o Alfred Jarry. Y tras muchos años, cuando todos creíamos que habíamos superado toda aquella angustia vital, llega el siglo XXI, llega internet y la gran crisis económica del 2008; y las esperanzas, de nuevo, se evaporan.
Ahora vivimos esa llamada "sociedad global", gobernada por una red invisible y subgobernada por las redes sociales, una sociedad falsamente feliz que cada día escupe familias enteras al barro, que diariamente deja a cientos de personas sin trabajo por la decisión de jerarquías empresariales invisibles, o a la que simple y llanamente ya no le importa el vecino. Volvemos a una edad media virtual, a un tiempo estancado sobre el que creemos que lo sabemos todo a traves de una pantalla, pero la realidad dice que no sabemos nada, y cada generación que llega sabe menos que la anterior (porque no interesa que sepamos nada; más facil manipular). Esa angustia, ese anhelo de pez que quiere respirar fuera del agua, es la realidad que vivimos cada día en un mundo previamente programado. Lo triste es que ya no es necesaria una gran guerra para sufrir, ahora el sufrimiento es mucho más sútil y dulce que eso, y nos lo creemos, y lo disfrutamos como expertos masoquistas. De la sociedad del bienestar y la "happy family", hemos pasado a la sociedad hipercontrolada y autocensurada a través de la red. Enhorabuena y bienvenidos.
Quizá los personajes sin nombre de Mientras el mundo gira no sepan nada de esto, ni les importe, pero lo sufren y de eso se trata este montaje: de revivir en escena la realidad repetitiva y sin salida de dos victimas anónimas; pero entre risas y tomándolo todo desde el ángulo simpático: "ríe y el mundo reirá contigo, llora, y llorarás solo" decía Charles Chaplin; que no es menos importante ni más fácil hacer reír en este mundo o sobre un escenario, al contrario... Y es que volvemos a navegar las aguas de la duda y el no saber que será de nosotros mañana, volvemos acodearnos con Vladimir y Estragón, pero eso sí, con internet en el celular.
*******
Más información en www.mientraselmundogira.weebly.com
--------------
Y si quieres leer otras entradas del blog vete a la página principal pincha aquí...