Hace poco, en la última temporada con la obra Mientras el mundo gira, con la compañía ORCA, en un teatro nuevo del norte de Bogotá con nombre idiota, sucedió algo que debo plantear y denunciar. Resulta que a juicio del refulgente cual luciérnaga nocturna gestor de dicho teatro, y quizá debido a su gran visión artística del siglo XXII, en una llamada de teléfono me sugirió que yo como autor y director debía cambiar el texto, cambiar también la dirección del montaje, cambiar la puesta en escena y el estilo de la obra, y cambiar algunas situaciones actorales... todo ello, desde su deslabazado y absurdo pero eficaz juicio, sería para provocar una mayor afluencia de público y que la obra se entendiese mejor. Sus palabras fueron: "la gente viene al teatro a reírse y no quiere encontrarse cosas profundas que le exijan pensar demasiado, no quieren obras para intelectuales." No contesté directamente y lógicamente dimos por concluidas nuestras funciones allí antes de acabar la temporada. Aclaro que llevábamos tres años con esta obra, una obra de corte cómico, presentándonos en diferentes espacios y siempre con bastante éxito.
Y yo pienso.. ¡qué se habría creído semejante trozo de mierda artística putrefacta al pedirme algo así! ¡Y sobre todo: ¿quién se cree que es este gilipollas?! ¡¡ Vete y que te desgarre un tipo con una verga de 50 centímetros, a ver con un poco de suerte te llega al cerebro y te deja todavía más imbécil de lo que ya estás !! (Suspiro, respiración, reposo, respiración, tranquilidad...) El problema es que este tipo de gestores y personajillos están apareciendo cada día más; cual setas coloridas y vistosas en otoño (las más venenosas), y quieren convertir el teatro en un parque disney para idiotas con tres neuronas en el cerebro. Mucho ojito con estos especímenes, no nos dejemos manipular al antojo de arribistas escénicos de semejante calaña ética y moral.
Sólo quería decir esto. Ya estoy más tranquilo, gracias. Piensen lo que quieran de mis formas y de mis ataques de ira: esto es mi blog y escribo lo que me apetece. Pero tomen nota: esto está sucediendo y los jóvenes autores y directores se están dejando manipular.
Avisados quedamos.
(Voy a enviar al colega de la foto al teatro de ese chupacándiles para que le comente un par de cositas.)
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