Conclusiones:
1. Nada asegura el éxito, a veces ni siquiera la calidad de la obra. Hay propuestas que funcionan rápido, otras no funcionan y a otras les cuesta un poco más. ¿Por qué...? Nadie lo sabe.
2. La publicidad, redes sociales, marketing... son muy importantes para dar a conocer la obra, pero el boca a boca es lo único que te puede mantener en cartel, y para eso tu montaje debe ser bueno (por las razones que sean).
2. La obra de teatro tiene tres corazones: el escenario, el camerino y la taquilla. Es recomendable mantener bien sanos los tres.
3. Es bueno cuidar el entorno de la obra. El ambiente que se respira en el equipo de trabajo (artístico o no) se traslada a la escena; en un momento dado podemos necesitar a cualquier colaborador, técnico o ayudante de forma definitiva.
4. Hay muchos tipos de públicos; en principio crees que vas a llegar a uno, pero siempre hay sorpresas, por lo que es mejor no menospreciar a nadie.
5. El teatro donde se actúa condiciona la obra, sería bueno pensar hasta que punto puede interesar trabajar allí o en otro espacio, tanto ahora como más adelante.
6. El equipo artístico decide la mayoría de las cosas, pero la producción también tiene mucho peso. No olvidemos que el dinero está condicionando la propuesta escénica del momento cero al momento final.
7. La profesionalidad está en los pequeños detalles, es necesario revisar, chequear y asegurar todos los elementos que van a participar en la obra.
8. A muchos compañeros artistas, actores, directores... les cuesta ir al teatro: es triste, sí. Pero quizá ellos no son nuestro público objetivo. Relax.
9. Las invitaciones o descuentos son un arma de doble filo; debemos elegir bien a quién se las damos, pero también decidir quién no las merece.
10. Pase lo que pase hay que seguir adelante y no desesperar, lo que hoy es bueno mañana es malo y viceversa. Esta profesión se basa en el sistema ensayo/error.
Consejos:
1. Haz lo que deseas hacer, en la forma, estilo y tipo de teatro que buscas, porque cualquier género, formato o propuesta escénica es válida. El que quiera otra cosa que monte su propia compañía.
2. Muchos comentarios o críticas vienen predeterminados. El público que entra al teatro con prejuicios, es un mal necesario. No los desprecies, pero que tampoco te condicionen. (Personalmente, ciertas opiniones o actitudes me dan pena y al tiempo me hacen mucha gracia.)
3. Para recibir feed back elige a las personas que te pueden ayudar y que hablen con criterio y desde el conocimiento. Lo importante es crecer.
4. Cada función y cada público son únicos, es necesario tratarlos con el respeto que merecen. Al comenzar la obra, prepárate para recibir o vivir cualquier situación, nunca se sabe qué puede suceder.
5. Piensa que el precio de la entrada en la cabeza del espectador es proporcional al espectáculo que muestras, no prometas algo que no tienes.
6. Hacer esto cuesta mucho esfuerzo y tiempo. Que no te engañen falsos gurús o teorías libertarias: el trabajo se paga, y si sabes hacer algo bien, no lo hagas gratis. (Y si lo haces, elige el momento adecuado para mostrar esas habilidades.)
7. Examina tu trabajo desde tus propias sensaciones y tu interior, nadie más que tú mismo tiene los datos para juzgar el trabajo realizado.
Y todo esto, junto a otras cosas menos confesables... me llevo para mi próximo intento teatral. Espero que a algún lector le haya convencido algo, porque en esto de la escena ninguno somos infalibles.